Los Alpes, la torre de agua europea. Sus glaciares proporcionan el 40% del agua en Europa. “Estamos en el valle de Aosta, en el noreste italiano. Aquí se ha construído una estación meteorológica a 3100 metros de altitud que permite recoger datos para pilotar un modelo de simulación que estudia el comportamiento de los glaciares y de la nieve.” Para estos científicos, una de las prioridades es estudiar la calidad y la densidad de la nieve en los lugares de dificil acceso, es decir, en los picos montañosos. En el valle de Aosta, estas mediciones se realizan mediante una red de estaciones meteorológicas dirigidas por elARPA. Umberto Morra di Cella nos explica las prioridades científicas: “ Los parámetros que más nos interesa estudiar son el espesor de la nieve, la temperatura ambiente, la radiación solar, la velocidad y la dirección del viento y la temperatura de la superficie detectada gracias a un termómetro infrarrojo.” Los datos recogidos permiten calcular la cantidad de agua-nieve condensada en los Alpes y de esta forma averiguar a cuántos litros de agua asciende esta reserva. Para ello, Morra di Cella y su equipo han diseñado un sofisticado sistema: “ La caja envía los datos vía teléfono móvil por GPRS yGSM. Esto nos permite monitorizar en tiempo real los parámetros que nos interesen.” Esta red de estaciones meteorológicas “automáticas” funciona gracias a la energía solar. Los datos se analizan posteriormente en centros de investigación meteorológica como nos lo explica la geóloga italiana Sara Ratto: “Estamos en el centro funcional de la región. Aquí tratamos las previsiones del tiempo y las emergencias como inundaciones o deslizamientos de tierra. También preparamos un boletín que recoge las precipitaciones y los niveles de los ríos en la región.” Pero los peligros se multiplican a medida que bajamos de altitud. Los valles alpinos son las principales víctimas del cambio climático. “Utilizamos los satélites para medir la extensión de las nieves y el ARPA nos proporciona datos sobre la densidad de la nieve y su contenido en agua. Todo ello añadido a nuestras previsiones meteorológicas se integra en un modelo hidrológico que nos permite calcular los niveles de agua en las zonas sensibles. De esta forma, podemos detectar qué comunidades locales están en peligro y alertarlas en caso de posibles inundaciones.” Este estudio forma parte del proyecto de investigación de la Unión Europea ACQWA, dirigido por más de treinta científicos repartidos en diversas regiones de dentro y fuera de Europa. La localidad de Courmayeur esta situada cerca de un inestable glaciar colgante que representa una amenaza para los habitantes locales y los turistas debido a los desprendimientos de hielo. Además, recoger datos en esta zona resulta muy peligroso. La Fundación Montaña Segura, estudia estas peligrosas capas de nieve gracias a un modelo informático en tres dimensiones que nos explica el ingeniero Fabrizio Diotri: “Para diseñar este modelo utilizamos fotogrametría de corto alcance. Realizamos varias fotos del glaciar colgante desde un helicóptero y después reconstruímos una estructura del objeto tridimensional.” Así que gracias a a un clic con el ratón se recopilan todas las mediciones y los datos. Pero la seguridad no es la única consecuencia peligrosa derivada del cambio climático. ¿Qué pasará con la economía? Las estaciones de esquí también se ven seriamente amenazadas. Además los pronósticos no son demasiado alentadores como nos explica Martin Beniston, coordinador del proyecto ACQWA: “En el mejor de los casos en el 2100, el 50% de los glaciares habrán desaparecido, en el peor de los casos será el 90% Es decir que de una manera u otra cambiará la morfología de lo que llamamos “la torre de agua” de Europa, la extensión alpina. Hoy en día ya detectamos ciertos conflictos de intereses en cuanto al uso del agua en la energía, el turismo y los sectores agrícolas y hay muchas posibilidades de que la situación se agrave a medida que el agua escasee.” Un ejemplo la situación es el país vecino, Suiza, que cuenta con una central hidroeléctrica capaz de producir el 60% de las necesidades en electricidad para el país. Una energía limpia y renovable pero que también depende del agua y que por lo tanto se ve afectada por el cambio climático. Esta presa puede almacenar hasta 100 millones de metros cúbicos y generar más de 100 megawatios. Franco Romerio, investigador de la Universidad de Ginebra, nos explica su importancia: “ Hay que entender la conexión entre las corrientes de los rios y la electricidad que utilizamos en nuestras casas. El cambio climático está provocando perturbaciones importantes, habrá mucha más agua en primavera pero en julio y agosto las reservas se agotarán y esto tendrá un impacto en la producción de las plantas hidroeléctricas así que hay que rediseñar todo el sistema de seguridad de la presa.” Los resultados de este complejo proyecto internacional se publicarán en 2013. La escasez del agua y las amenazas económicas se podrían ver paliadas gracias a estos científicos y a su empeño en encontrar modelos capaces de prever catástrofes naturales. Copyright © European Commission 2010 / euronews2010
Las corrientes alpinas forman ríos tan importantes como el Danubio o el Ródano que no sólo riegan el continente sino también son unas importantes vías de transporte.
Hoy en día, el futuro de estos glaciares se tambalea debido a la subida global de las temperaturas. Los científicos intentan paliar estos efectos negativos mediante diferentes sistemas como nos explica Umberto Morra di Cella, investigador técnico de la Agencia Regional para la Protección Ambiental (ARPA):
Según investigaciones recientes, la nieve se derretirá cada vez más rápido en las próximas décadas provocando inundaciones y avalanchas en invierno y primavera. Los científicos no pierden ni un segundo en la búsqueda de modelos capaces de prever con antelación las catástrofes naturales. El hidrólogo Hervé Stevenin explica el proceso:
El objetivo del proyecto está claro: evaluar el impacto del cambio climático en los recursos acuíferos de esta cadena montañosa. Pero este sistema de estaciones meteorológicas “automáticas” no es el único de los Alpes italianos.
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